miércoles, 10 de diciembre de 2014

LORCA DEPORTIVA FÉMINAS. CARTA DE UN HIJO A SU PADRE.

Continuando con las reflexiones de mi entrada anterior, y mientras buscaba algunas imágenes para incorporarlas, he tenido la fortuna de encontrar un blog en el que se tienen muy en cuenta los valores que los educadores pretendemos inculcar a través del juego y el deporte. Mi más sincera enhorabuena por vuestra labor de sensibilización por medio de campañas como la de juego limpio y respeto en la grada de vuestro estadio. Actuaciones como la vuestra sí que merecen la pena. Vosotras sí que sois ejemplo para nuestros hijos, y en nombre de ellos, también os lo agradecemos.

Por favor, permitidme que copie la carta que ellas utilizaron en un encuentro con los padres de los niños de su cantera, y que ilustra claramente todo esto:
“Papa,
¿Que estás haciendo?… No se como decírtelo… Seguramente crees que lo estás haciendo por mi bien… No puedo evitar sentirme raro, molesto y mal.
Me regalaste un balón cuando apenas empezaba a andar. Aun no iba a la escuela cuando me apuntaste al equipo.
Me gusta entrenar durante toda la semana, bromear con los compañeros y jugar el domingo como hacen los equipos grandes, pero cuando vas a los partidos… no sé. Ya no es como antes, ahora me das una palmada en la espalda y me invitas a un bocata. No me preguntas como ha ido ni nada. Solo estás contento cuando gano o me dices que juego bien.
Vas a la grada pensando que todos son enemigos, insultas a los árbitros, a los entrenadores, a los jugadores, a los otros padres… ¿Por qué has cambiado?
Creo que sufres y no lo entiendo. Me repites que soy el mejor, que los demás no valen nada a mi lado, que quien diga lo contrario se equivoca. Dices que el entrenador es un inepto, que no sabe hacer las cosas. Pero creo que es un amigo, él es el que me enseñó a divertirme jugando… no te entiendo…
El chaval que el otro día jugó en mi puesto, ¿le recuerdas? Si hombre, aquel a quién estuviste toda la tarde criticando porque no sirve ni para llevarme la bolsa, como tú dices. Ese chico está en mi clase. Cuando lo vi el lunes me dio vergüenza. No podía mirarle a la cara.
No quiero decepcionarte porque pienso que no tengo la suficiente calidad y no llegaré a ser profesional y a ganar cientos de miles de euros, como tú quieres.
Me agobias. Estoy pensando en dejarlo porque no me gusta tanto…
¡Papa, por favor! ¡¡¡No me obligues a decirte que no quiero que vengas mas a verme jugar!!!…

Tu hijo…

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